Jorge Ávalos
El Diario de Hoy
San Salvador, sábado 16 de junio de 2007
En una presentación única del ballet clásico "Don Quijote", el jueves 14 de junio los altos telones del Teatro Presidente se abrieron para el Ballet Concierto de Iñaki Urlezaga.
El evento, realizado a beneficio de la Fundación Hermano Pedro ante un público de mil personas, fue una nueva oportunidad para gozar del talento del argentino Urlezaga, uno de los más destacados bailarines del mundo.
"Es un privilegio tener espectáculos de esta índole, que muestran una atención exquisita hasta el último detalle", puntualizó Elizabeth Trabanino, directora de Radio Clásica.
Bajo la dirección artística de Lilian Giovine y la producción y realización artística de Marianela Urlezaga, el Ballet Concierto utilizó para el montaje un elenco de 20 artistas internacionales.
Llamó la atención, en particular, la juventud de las bailarinas, ninguna mayor de los 24 años. Lucía Ríos, de sólo catorce años de edad, interpretó el personaje de Cupido.
Lucía Valencia, de 16 años, que interpretó las seguidillas y el fandango como parte del coro, destacó "la estricta disciplina que Iñaki demanda de todo el elenco; pero sabemos porqué lo hace: una vez estamos en el escenario, gozamos", confesó.
"Así tiene que ser", agregó Urlezaga. "El ballet requiere de un gran compromiso por los retos de la técnica, pero cuando están por salir al escenario le digo a los bailarines: disfruten".
Una ejecución impecable
Esa disciplina y rigor artístico logró con réditos el gozo que el público esperaba de este espectáculo. Las ovaciones fueron unánimes. Danielle Devaux de Bustos, hija de la fundadora del Ballet de Guatemala, señaló, como ejemplo, los solos de Urlezaga, compuestos de "giros virtuosos y saltos impecables".
"Iñaki hace que los giros y los piruettes parezcan fáciles. Ese es su arte: hace parecer fácil lo que es difícil", dijo Stephan Moys. Y añadió: "Franco Cadelago, que interpretó al torero, nos demostró una vez más su fuerza como intérprete".
Eliana Figueroa, la primera bailarina, también tuvo palabras de admiración por parte de otra primera bailarina, Irina Flores, que destacó el trabajo tan limpio y preciso en sus variaciones y en el dueto.
Alcira Alonso, de la Fundación Ballet, notó el carácter propio de Urlezaga: "Esos matices personales que hacen tan especial su arte".